Comer requiere un aprendizaje en el que la imitación y el establecimiento de una rutina son básicos. Tú eres el principal ejemplo a seguir, por lo que es importante que mantengas unos hábitos alimentarios y un estilo de vida adecuados.
PROCURA QUE:
•Desayunen bien: Como primera comida del día, debe suponer el 25% del aporte calórico de toda la jornada. Tiene una gran incidencia sobre el rendimiento escolar.
•Desarrollen el gusto por las verduras y la fruta: Generalmente, los niños tienden a decantarse por los dulces y tanto la verdura como la fruta la suprimirían de su alimentación. Si es tu caso, no desesperes. Una buena fórmula para que tus pequeños la coman es mezclándola como guarnición. Así, puedes preparar ensalada de pasta o arroz con tomate, maíz, berenjenas, zanahorias, lechuga…., tortilla de espinaca, pizza de vegetales…
•No piquen entre horas: Hay que distribuir los alimentos durante el día de forma racional y evitar que se queden con hambre cuando se levanten de la mesa.
•No abusen de las golosinas y la comida “basura”: Para los jóvenes tanto los caramelos como la bollería industrial y la comida rápida constituyen una tentación a la que es difícil resistirse. Además, la constante publicidad a la que están sometidos por televisión aún los hacen más irresistibles. Pero no debes prohibírselos, únicamente controla que no abusen de ellos.
•Mantengan una vida activa. El sedentarismo puede resultar fatal para la salud de los pequeños. Si se pasan más horas de las recomendadas ante la pantalla del ordenador, la videoconsola o la televisión, no quemarán la energía necesaria y podrán llegas a tener sobrepeso. Para evitarlos, es importante que el ejercicio físico sea una constante en su vida diaria practicando algún deporte o actividad o, simplemente, jugando de manera activa.
•Participen en la elección de los alimentos: Es recomendable que, de vez en cuando, les animes a ir a comprar contigo e, incluso a que te ayuden a hacer la comida. Bajo tu supervisión y como se tratase de un juego, irán aprendiendo lo que es más saludable para ellos.
•Hagan una comida familiar: Actualmente, el ritmo desenfrenado de nuestras vidas conlleva que, en numerosas ocasiones, los niños tengan que sentarse solos en la mesa. Para conseguir que mantengan una dieta equilibrada, es importante hacerlo todos juntos al menos una vez al día. Así comerán tranquilos y de forma sana.
•Acudan al pediatra: De todos modos, para saber qué es lo mejor para tu hijo y qué alimentos son los más adecuados, es fundamental que consultes con el especialista y vayas a las revisiones periódicas.
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