Aqui les brindamos algunos métodos anticonceptivos que pueden tomar en cuenta en el momento de reiniciar su vida sexual:
MÉTODOS DE BARRERA:
Su actividad es local, ya que se utilizan en la zona vaginal. Ninguno produce efectos negativos sobre la lactancia.
PRESERVATIVOS:
El preservativo masculino es el método ideal para retomar poco a poco las relaciones. Su eficacia es muy alta si se usa correctamente, y no tiene efectos secundarios. Se debe colocar sin clavar las unas, con el pene en
erección y antes de la penetración. Se retira inmediatamente después de la eyaculación y hay que cambiarlo por otro si se produce una nueva penetración. En el caso de presentarse molestias o sequedad en la vagina, se puede añadir un lubricante que no estropee el látex. Para alérgicos los hay de otros materiales.
ESPERMICIDAS:
Son óvulos o crema que se introducen al fondo de la vagina de 4 horas a 10 minutos antes de la relación y destruyen los espermatozoides. Se pueden usar solos (eficacia moderada) o asociados a otros métodos, para aumentar la seguridad.
DIAFRAGMA:
Es un capuchón de goma con un anillo flexible en su interior. La mujer se lo coloca en la vagina antes de la relación. Cubre el cuello del útero y se apoya debajo del hueso del pubis. Es eficaz si se pone bien y se rocía en cada uso con crema espermicida. No protege de las infecciones. Después del parto hay que revisar el tamaño del diafragma, ya que el ancho de la vagina puede cambiar.
MÉTODOS HORMONALES:
CON PROGESTERONA:
La progesterona es el mejor método hormonal para las madres que están amamantando. La píldora de progesterona se puede empezar a tomar ya después del parto. Es compatible con la lactancia, porque pasa una cantidad mínima a la leche y no tiene efectos perjudiciales en el bebé, ni disminuye la producción de leche. Lo mas cómodo es tomar una pastilla por día, todos los días. Cuando el bebé empieza a consumir otros alimentos, a partir del sexto mes, puede haber algún pequeño sangrado a mitad de ciclo, es normal y el método sigue siendo eficaz si se toma la píldora todos los días. También existe la progesterona en inyección, que se aplica cada tres meses, o en implantes, que se introducen bajo la piel del brazo con anestesia local y duran varios años.
CON ESTRÓGENOS Y PROGESTERONA:
Pueden disminuir la producción de leche si se toman antes de los dos meses de vida. Aunque no están contraindicados del todo, es mejor usar los anticonceptivos de solo progesterona, al menos hasta que el bebe mame poco o hasta finalizar la lactancia. Estas hormonas también se pueden recibir a través de la piel (parche semanal) o de la mucosa de la vagina (anillo vaginal mensual). El mecanismo es el mismo: frenar la producción de hormonas propias y evitar que se produzca la ovulación.
TEN PRESENTE QUE: A pesar de la eficacia de estos métodos, si hay riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS), se debe usar preservativos).
Otro de los métodos anticonceptivos es el DIU. Es una pequeña «T» de plástico rodeada de un filamento de cobre o cobre y plata que inactiva e impide que la capa interna del útero (endometrio) se prepare para un nuevo embarazo.
Aunque se puede colocar inmediatamente después del parto, se suele esperar entre seis y ocho semanas para evaluar la evolución del útero, o incluso más en caso de cesárea. La colocación es sencilla: a través del cuello del útero, como cuando se realiza una exploración ginecológica.
Es tan eficaz como la píldora y no requiere más esfuerzo que ir a una revisión anual. No tiene efectos sobre la lactancia, aunque cuando se reanudan los ciclos menstruales en algunas mujeres pueden ser algo más abundantes o molestos.
Esto se suele solucionar con una pequeña dosis de un medicamento.
En general, las mujeres que lo usan están conformes y lo encuentran muy cómodo. No se puede colocar si ha habido una infección vaginal en los meses anteriores, si hay riesgo de contraerla, o si se ha sufrido una cirugía reciente en el útero.
El DIU con progesterona. Se invento como tratamiento para algunas hemorragias, pero es también altamente eficaz como anticonceptivo. Lleva progesterona en la «T» que se libera lentamente durante unos cinco años.
TEN PRESENTE QUE: Si se mantiene una relación con riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS), se debe usar preservativo.
Algunas mujeres se sienten agobiadas cuando, en la visita posparto, el obstetra les pregunta qué anticonceptivos van a usar. A veces, lo último que les interesa en ese momento es mantener una relación sexual. Al miedo de quedar embarazada se suma el cansancio y, en algunas ocasiones, las secuelas de un parto difícil, sobre todo si ha necesitado episiotomía y hay molestias.
Por eso, la mujer debe saber que aunque haya elegido qué método va a utilizar, el momento de iniciar las relaciones lo debe decidir ella, cuando se sienta bien. Si no se da el pecho, la menstruación suele reaparecer al mes y medio o dos, y con ella la posibilidad de embarazo. Hay que usar un método desde que se reinician las relaciones, antes de la primera menstruación, porque en la primera ovulación (que no se sabe cuándo va a ocurrir, se puede producir ya un embarazo.
LOS MÉTODOS NATURALES:
El clásico método del calendario (Ogino), que se basa en contar días, tiene muchas fallas y más en el período de destete, en el que los ciclos suelen ser irregulares al principio.
Los otros métodos naturales que se basan en observar los cambios del cuerpo durante el ciclo para detectar la ovulación (temperatura, moco cervical, posición del cérvix y otros síntomas), pueden ser muy eficaces con un buen entrenamiento, pero sólo cuando ya se han reanudado los ciclos regulares (luego de los primeros meses de lactancia) y después de volver a aprender a observar el cuerpo, que ha cambiando con el embarazo y el parto.
La clásica eyaculación fuera de la vagina tiene fallas y requiere que el varón esté atento, lo que puede causar ansiedad en uno o ambos miembros de la pareja.
De cualquier modo, no hay apuro por decidir el método y siempre se puede cambiar más adelante, después del reajuste que se produce luego del parto en las relaciones de la pareja y en su modo de vida, así como en la forma en que la mujer siente su propio cuerpo.
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