Las apneas del sueño pueden provocar desde cansancio y somnolencia hasta enfermedades cardíacas y accidentes viales.
La garganta se cierra y por unos segundos bloquea parcial o totalmente el paso del aire. La respiración se hace difícil y ruidosa, hasta que por fin la falta de oxígeno en el cuerpo alerta al cerebro y la persona despierta. Este proceso, que dura varios segundos, puede repetirse entre 20 y 30 veces en una hora o más, provocando en quien intenta dormir un sueño insuficiente que en vez de reparar, agota. ¿El diagnóstico posible? Apnea del sueño.
La apnea obstructiva del sueño es una enfermedad que se caracteriza por pausas en la respiración mientras dormimos, que terminan en cuanto el cerebro se despierta, explica el doctor Daniel Pérez Chada, jefe del Servicio de Neumonología y especialista en Medicina del Sueño del Hospital Universitario Austral. Agrega que, al despertarse el cerebro repetidas veces durante la noche, el sueño se fragmenta haciendo que la persona se sienta muy cansada e irritable al día siguiente.
Pero las consecuencias más graves aparecen a mediano y largo plazo... Sin un debido diagnóstico y tratamiento, las apneas pueden causar complicaciones cardiovasculares, tales como arritmias cardíacas, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares, advierte el especialista.
Los hombres entre los 30 y los 65 años son más propensos a sufrir la enfermedad, que afecta del 2 al 4% de la población mundial en edad media. Tienen más riesgo, además, los fumadores, las personas mayores y quienes tienen sobrepeso, hipotiroidismo y diabetes, entre otros problemas.
Para llegar al diagnóstico, existe un estudio llamado polisomnografía, que consiste en pasar la noche en un centro especializado mientras se monitorea las ondas cerebrales, el esfuerzo respiratorio, el movimiento ocular, los niveles de oxígeno en la sangre y la posición corporal. Una vez confirmada la enfermedad, comienza la etapa de tratamiento, que muchas veces dependerá de cambiar hábitos de vida: bajar de peso, realizar ejercicio físico, evitar el alcohol, el cigarrillo y ciertos fármacos son parte esencial de la terapia. También existen soluciones tecnológicas, como el uso nocturno de una máscara de silicona que envía aire a presión y permite respirar normalmente.
El doctor Pérez Chada resalta la investigación que se está realizando actualmente en este campo para indagar en las causas y en los tratamientos posibles de la apnea. El tema será el eje del Simposio de Actualización sobre Apneas que se realizará el próximo viernes 17 de abril en el Hospital Universitario Austral. La figura del evento será el doctor David P. White, Profesor de Medicina del Sueño de la Universidad de Harvard, quien hablará sobre Apneas y consecuencias cardiovasculares y El futuro de la medicina del sueño, apoyándose en la evidencia clínica y en los tratamientos que se desarrollan en la prestigiosa universidad estadounidense.
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